El pájaro de Twitter está triste
Lo siento. Lo fácil es pensar que voy a ser uno más de los publicistas, comunicadores, blogueros, tertulianos y tuiteros que se rasgan las vestiduras por el anuncio de Twitter de que va a eliminar los mensajes ofensivos e ilegales en ámbitos geográficos concretos. Es decir, podría eliminar un tuit sobre el nazismo en Alemania, aunque fuese visible en el resto del mundo.
En cuanto Twitter ha comunicado en las últimas horas está decisión, toda una pléyade de gorjeadores y defensores de la libertad de expresión han hecho que Twitter echase humo.
He leído y escuchado reflexiones «reflexionadas» sobre el tema en contra de esta decisión de Twitter y otras más matizadas, pero la mayoría han sido gorjeos irreflexivos que no van mucho más allá de afirmaciones como: están intentando poner límites a internet, queremos decir lo que nos dé la gana, adiós Twitter, esto es el fin de Twitter…
Dejando claro que soy un absoluto defensor de la libertad de expresión, creo que hay que hacer algunos matices:
– La libertad de expresión tiene sus límites, como la vulneración de los derechos de otros o la comisión de delitos. Internet no puede suponer un todo vale en relación a la libertad de expresión. Eso de que todas las ideas son respetables no es más que una mentira muchas veces repetida: no son tolerables los discursos fascistas, racistas, violentos…
– Twitter es un medio de comunicación social y un soporte privado que puede, como hace un periódico, una radio o una televisión, establecer un código ético y poner unos determinados límites a lo que se publica en su soporte. En suma autorregularse. Y autoprotegerse para evitar ser esta empresa la que cometa un delito.
– Los delincuentes, incluso los delincuentes de la palabra, no pueden tener ni en Twitter ni en internet, un terreno donde campar a sus anchas.
– Los tuiteros tenemos la libertad de dejar de estar en Twitter si consideramos que el tema es tan grave.
Creo, sinceramente, que esta polémica es flor de un día, que Twitter seguirá (y si no lo hace no será por esta decisión sino porque no encontrase modelo de negocio), que la mayoría de los tuiteros seguiremos tuiteando en libertad. Es decir, que los tuits seguirán fluyendo.
Hace tres años que tuiteo: son ya más de 1.000 tuits publicados en @nuevaimagen y otros tantos en @javituits, todos ellos escritos en libertad, expresando lo que pensaba, en la seguridad de que no vulneraba ningún derecho. Y son muchos más miles los que he leído y no recuerdo uno solo que pueda tener algún temor de ser eliminado.
No entro en la finura legal o de planteamiento de la medida, ni en los presuntos propósitos oscuros o interesados que pudieran estar detrás, pero creo que no es para tanto. Y que la clave está en su aplicación. Me indignaré, por supuesto, el día que me enteré que un tuit o un usuario son eliminados de forma injusta, vulnerando su libertad de expresión.
He decidido firmar este post para que quede claro que ni esta es la opinión oficial de A crear ni lo es de Nueva Imagen: seguro que muchos de mis colegas de profesión y hasta mis compañeros discreparán. Os animo a hacerlo. Eso es libertad de expresión.
Puedes leer el comunicado de Twitter y sacar tus propias conclusiones aquí.
La imagen, la he pillado, de un post que, casualmente, se titula exactamente igual, de Hugo Alconada, Valijeros.
Javier Alonso García
Director de Nueva Imagen
@javituis
@nuevaimagen